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Patologías

¿Qué patologías de columna tratamos?

Dolores cervicales

Estos dolores son muy comunes debido a que la musculatura del cuello y hombros nos ayuda (de forma errónea) en los trabajos manuales que realizamos a lo largo de día (ordenador, limpieza, cargas de peso…). Debido a este sobreesfuerzo, la musculatura del cuello y hombros se contractura dando problemas articulares a largo plazo tales como pinzamientos vertebrales o hernias discales.

Dolores dorsales

Generalmente son producidos por la postura que adoptamos al estar sentados, lo que crea un aumento de la curvatura dorsal, también se pueden producir por un exceso de tensión en la musculatura dorsal lo que rectifica dicha curva.

Dolores lumbares

También muy frecuentes y generalmente debidos a las numerosas horas que pasamos sentados, lo que genera un gran desequilibrio muscular que conlleva una gran tensión en los músculos lumbares y una debilidad de la musculatura abdominal además de un acortamiento y falta de elasticidad de los músculos posteriores de las piernas. Si no corregimos este desequilibrio, a largo plazo se producen problemas articulares importantes tales como un aumento de la curva lumbar, artrosis, hernias discales, pinzamientos y como consecuencia más típica, las ciáticas.

Dolores post quirúrgicos

Las cirugías de la columna vertebral como las realizadas en la reducción de las hernias discales o en la corrección de las escoliosis, producen dolores por las tensiones y acortamientos musculares, por lo que es imprescindible la recuperación de estos músculos y una reeducación del movimiento de toda la columna.

Escoliosis, hipercifosis e hiperlordosis

Estas tres patologías son el aumento excesivo de las curvas de la columna vertebral que generalmente aparecen o se intuyen en la infancia y que pueden tratarse o mejorar para que no aparezcan dolores y problemas articulares graves a largo plazo.

¿Qué patologías de rodilla tratamos?

De patologías de rodilla existen muchas: la condromalacia rotuliana, la tendinopatía rotuliana, la tendinopatía de la pata de ganso, el síndrome de la cintilla iliotibial, las lesiones de menisco o de algún ligamento de esta articulación, etc. La lista es larga, sobre todo si nos fijamos en dolencias derivadas de la actividad física.

Pero, aparte de estas afecciones, existen otras no tan vinculadas al entorno deportivo, sino más bien relacionadas con la actividad laboral u otros factores, como el desgaste por la edad, la laxitud de los ligamentos y causas anatómicas (como la desalineación de alguna estructura ósea), entre otros. Es el caso de las principales patologías de rodilla: la luxación y subluxación de rodilla, el esguince de rodilla, la tendinitis rotuliana, el síndrome de dolor femoropatelar y la artrosis de rodilla. A continuación examinaremos cada una de ellas:

Luxación y subluxación de rodilla

Qué es: lesión en la cual la rótula se desplaza totalmente respecto a su posición anatómica correcta en la zona anterior de la rodilla (es decir, a cómo debería estar colocada si no hubiera daño); sucede por la pérdida de contacto de las superficies de la articulación de la rodilla, que puede ser parcial (subluxación de rodilla) o total (luxación).

Síntomas: dolor agudo, impotencia para realizar el movimiento de extensión y flexión de la rodilla (con las consiguientes caídas), desplazamiento visible de la rótula que causa deformidad.

Causas de lesión: contracción brusca del cuádriceps cuando la rodilla está extendida y en valgo (hacia el interior). Suele deberse a laxitud (es decir, un exceso de movimiento de una estructura) del tendón del cuádriceps, del ligamento rotuliano o del tendón patelofemoral. A veces también puede producirse por contusiones directas sobre la rótula.

Esguince de rodilla

Qué es: lesión de los ligamentos que estabilizan la rodilla. En función de la afectación de los ligamentos, hablamos de esguinces de rodilla de grado I (estiramiento de fibras sin rotura), de grado II (desgarro parcial) o de grado III (rotura total). Los esguinces de rodilla más habituales son los del ligamento colateral medial o lateral interno (80% de los casos) y del ligamento cruzado anterior.

Síntomas: dolor, limitación de la movilidad, dificultad para caminar, hinchazón (edema), espasmo muscular, derrame articular.

Causas de lesión: traumatismo directo en la rodilla o realización de un movimiento anormal y violento, como girar rápido con el pie apoyado en el suelo o aterrizar después de un salto.

Tendinitis rotuliana

Qué es: también conocida como «la rodilla del saltador», es la inflamación del tendón que une la rótula con la tibia y/o la vaina (estructura que envuelve el tendón). El tendón rotuliano es fundamental para la correcta flexoextensión de la pierna.

Síntomas: dolor en la cara anterior e inferior de la rodilla, hipersensibilidad, sensación de rigidez y, en ocasiones, hinchazón o enrojecimiento.

Causas: sobrecarga y desgaste del tendón, microimpactos en la rodilla, movimientos repetidos de flexoextensión y práctica de deportes como el running, el tenis, el baloncesto y el salto.

Síndrome de dolor femoropatelar

qué es: conjunto de síntomas que provocan dolor en la cara anterior de la rodilla, alrededor o detrás de la rótula. En el 66 % de las ocasiones es bilateral y afecta ambas rodillas. Esta dolencia también es conocida como “la rodilla del corredor». En algunos casos de dolor femoropatelar se produce otra patología de esta articulación: la condromalacia rotuliana, que es una degeneración del cartílago en la cara interna de la rótula

Síntomas: dolor en la cara anterior de la rodilla, alrededor o detrás de la rótula, crepitación de la rótula; en ocasiones, hinchazón y derrame. A diferencia de lo que ocurre con las meniscopatías (patologías del menisco), este síndrome no bloquea completamente la rodilla.

Causas: múltiples factores provocan la sobrecarga de las estructuras que permiten realizar la extensión de la rodilla. Pueden deberse a actividades físicas exigentes o bien a factores anatómicos, como la desalineación en la rótula

Artrosis de rodilla

Qué es: también conocida como gonartrosis, es una degeneración del cartílago que recubre el fémur, la tibia y el peroné provocando que los huesos rocen entre sí. En el 75% de los casos es bilateral y afecta a ambas rodillas

Síntomas: inflamación, dolor durante el movimiento o cuando se está de pie y rigidez; a veces también puede haber crepitación, deformidad, pérdida de fuerza y estabilidad

Causas: componentes genéticos, envejecimiento, sobrecarga y exceso de trabajo físico, ya sea en el ámbito laboral o deportivo

Lesiones de rodilla

Si, desafortunadamente, sufrimos alguna de estas lesiones de rodilla, en una primera fase deberemos hacer reposo para no forzar la articulación, aplicar hielo y seguir una pauta farmacológica a base de analgésicos y/o antiinflamatorios en caso de dolor e hinchazón (siempre bajo prescripción médica). También es recomendable usar un estabilizador de rodilla que nos ayude a reducir el dolor, sujete la rótula y nos proporcione estabilización a la zona. Posteriormente y tras haber superado la fase aguda, podremos iniciar un proceso de rehabilitación con ejercicios pautados y volver paulatinamente a la actividad diaria y deportiva.

Además de tratar patologías de esta articulación, el estabilizador de rodilla también es útil para prevenir lesiones de rodilla si la sometemos a grandes esfuerzos, hecho especialmente importante en caso de realizar trabajos físicos que la sobrecarguen de manera habitual.

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